Editorial Comment
DOI:
https://doi.org/10.56039/rgn04a01Abstract
El movimiento “slow” surge en los años 80’s en respuesta al cada vez más acelerado modo de vida citadino. El primer ámbito donde el movimiento trataba de hacer una diferencia era la comida, contraponiéndose al “fast food”: la comida debe ser disfrutable y lenta. La lentitud aumenta intensidad y disfrute, texturas, sabores, olores, esta cuestión no es difícil de imaginar ya que Milán es considerada la cuna del slow, tenía que ser Italia, que ha construido todo un arte en torno al placer de vivir.
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